sábado, 21 de diciembre de 2013

AGRESIONES VERBALES



Una vez más se ha puesto de manifiesto la calidad humana y profesional de nuestros políticos, gobernantes y representantes de la ciudadanía en Parlamentos y Congreso de los Diputados. La actitud y actuación del diputado de Candidatura d’Unitat Popular (CUP) David Fernández en la comisión de investigación sobre la crisis de las cajas de ahorro que se estaba produciendo en el Parlament de Catalunya con la asistencia “voluntaria” de Rodrigo Rato como expresidente de Bankia, el vocabulario utilizado, y las preguntas amenazantes dejadas en el aire, ponen al descubierto, no sólo que dichas castas privilegiadas dejan mucho que desear con respecto a la ciudadanía que representan, sino la brutal y abismal diferencia de condescendencia benevolente que éstos tienen con respecto al resto de la ciudadanía, permitida y bendecida por los presidentes de los propios parlamentos o máximos dirigentes de sus partidos políticos.

Lejos de aprobar, aplaudir o enaltecer la actitud de este diputado catalán hacia uno de los responsables del rescate bancario a que está siendo sometido nuestro país, siento rabia y vergüenza con sólo pensar que personas de esta calidad humana puedan representar a toda una ciudadanía que les mostró su apoyo y confianza en las urnas. Sin embargo, ese sentimiento de rabia y vergüenza no llega a ser totalmente sincero y puro en tanto en cuanto no quede claramente respondida y justificada una pregunta que me ronda por dentro durante bastante tiempo: ¿qué ocurriría si esos insultos, esos descalificativos, esas amenazas hubieran sido realizadas por un ciudadano de a pié hacia ese mismo expresidente banquero, hacia cualquier otro político del partido que fuere o a cualquier otra personalidad que ellos consideraran de relevancia nacional? Nadie ha sabido aún respondérmela fehacientemente, aunque la mayoría de nosotros intuimos la respuesta y las consecuencias de esos actos.

Sin embargo, esas consecuencias se convierten en leves sonrisas consentidas y pequeños asentimientos cabeceados cuando el sentido de esos insultos y descalificaciones viajan en sentido contrario, es decir, de políticos y personajes influyentes (quienes los consideren así o quienes se consideren así) hacia la ciudadanía de a pié, paupérrima y desprotegida ante tamaña élite.
Máximos dirigentes del partido gobernante en España, y la presidenta de “esta nuestra comunidad”, han llegado a llamar terroristas y nazis a personas que ellos consideraban que lo eran tan sólo por el mero hecho de reunirse en la calle y dar a conocer desahucios inmorales e inhumanos, por protestar contra las ayudas a los bancos y la negación de esa ayuda a personas discapacitadas y dependientes, por apoyar una sanidad pública y una educación pública; en definitiva, por tratar de proteger y perpetuar en el tiempo unos derechos sociales adquiridos en las últimas seis décadas. ¿Esas personas deben ser condenadas por haber cometido delitos de sangre intentando tambalear el Estado de Derecho? Si fuera así, ¿qué tendría que haber ordenado del Tribunal de Estrasburgo acerca de aplicar la doctrina Parot a los verdaderos asesinos de gente inocente, es decir, a los verdaderos terroristas? Y de llamarlos nazis, ¡qué decir!. ¿Sáben estos “angelicos” quienes fueron realmente los nazis? ¿Conocen el número de asesinatos cometidos por ellos contra gente inocente cuyo único delito fue haber nacido en una determinada familia, en una determinada calle, en una determinada ciudad o en un determinado país? Pobre gente, tener que aguantar a sus representantes semejantes adjetivos calificativos (descalificativos, diría yo) falaces, dañinos y mentirosos sin ni tan siquiera poder tener la oportunidad de defenderse en los tribunales de justicia, tal y como hacen ellos a la inversa.

La desconfianza de los ciudadanos hacia los políticos está en unos valores que rayan la marginación social, con máximos en desprestigio y nula credibilidad, ganado todo ello a fuerza de corruptelas y actuaciones más propias de regímenes autoritarios que democráticos. La ciudadanía no cree en ellos porque los considera inútiles para el ejercicio del servicio público. La abismal brecha que hay entre los ciudadanos y los políticos queda también patente cuando de agresiones verbales se trata. Ellos la pueden cometer como una función más de su cargo público, sin la más mínima amonestación por parte de gobernantes y poderes públicos. La ciudadanía no puede hacer lo mismo, no tiene el mismo derecho; simplemente no es “políticamente correcto”. Deben callar y agachar la cabeza, asumir su rol de perdedor y agradecer al cielo que las descalificaciones vertidas hacia ellos no hayan ido a más. Saben que bajo ninguna circunstancia pueden defenderse, mucho menos en los tribunales, ya que sus agresores verbales se han encargado de impedirlo con subidas indecentes e inmorales en las tasas judiciales.

No todos somos iguales. Ellos no pueden ganar siempre. No pueden ampararse en sus cargos y su poder para avasallar a la ciudadanía sin que ésta pueda defenderse de sus agresiones verbales. La igualdad es fundamental en nuestra sociedad democrática, y mientras actuaciones como las comentadas se sigan produciendo, el desprestigio que adquieren nuestros representantes tardará décadas en recuperarse, con el consiguiente deterioro social que ello produce. Ellos tienen la última palabra, aunque casi mejor que no digan nada.

sábado, 9 de noviembre de 2013

CONSTRUYEN EL PRIMER ORDENADOR CON NANOTUBOS DE CARBONO

http://www.abc.es/ciencia/20130926/abci-construyen-primer-ordenador-nanotubos-201309261009.html

En una búsqueda de nuevos materiales que sustituyan al silicio para crear equipos electrónicos más eficientes, ingenieros de la Universidad de Stanford (EE UU) han logrado construir por primera vez un ordenador hecho íntegramente con transistores de nanotubos de carbono (CNT, por sus siglas en inglés).

Se trata de un dispositivo todavía muy básico, pero que incluye un sistema operativo y es capaz de ejecutar varios programas al mismo tiempo.

Los autores del proyecto, cuyos resultados se publican en el último número de Nature, señalan que este avance culmina años de esfuerzos por parte de científicos de todo el mundo para aprovechar este prometedor pero peculiar material.

Según explica a SINC Max Shulaker, autor principal del trabajo, “los nanotubos de carbono representan un importante avance respecto a los actuales transistores de silicio y prevemos grandes mejoras tanto en el rendimiento como en la eficiencia energética”.

Más finos que un cabello

Los nanotubos de carbono son largas cadenas de átomos extremadamente eficientes en la conducción y el control de la electricidad. “Son tan finos que miles de ellos podrían caber unos junto a otros en un cabello humano y requieren muy poca energía para apagarlos”, indica.

Shulake añade que el trabajo demuestra que es posible fabricar nanotubos de carbono, pese a que esta tecnología tiene aún imperfecciones inherentes. “Sin embargo, nosotros hemos logrado superar estos obstáculos y presentar el sistema basado en carbono más avanzado hasta la fecha”, subraya.

Entre las dificultades que tiene trabajar con este material destaca que los nanotubos de carbono no crecen en líneas paralelas, como a los fabricantes de chips les gustaría. Otro problema es que una porción de estos nanotubos pueden acabar comportándose como cables metálicos que siempre conducen electricidad en vez de comportarse como semiconductores que pueden apagarse, señala la Universidad de Stanford en un comunicado.

Para superar estos obstáculos, el equipo llevó a cabo un diseño que llamó “inmune a imperfecciones” que consistió en eliminar los nanotubos que se comportaban como cables. Luego apagó todos los CNT ‘buenos’ y bombeó el circuito semiconductor lleno de electricidad.

Toda esa electricidad se concentró en los nanotubos metálicos, que se calentaron tanto que se quemaron y, literalmente, se vaporizaron convirtiéndose en dióxido de carbono. “Esta sofisticada técnica eliminó todos los CNT metálicos del circuito”, indican estas fuentes.

“Evitar los nanotubos desalineados requirió aún mayor sutileza”, señalan los autores. Para ello, los investigadores crearon un potente algoritmo que traza un esquema del circuito y que garantiza que funcione sin importar si los nanotutbos están o no torcidos.

Los ingenieros utilizaron este diseño inmune a imperfecciones para ensamblar un ordenador básico con 178 transistores, un límite que vino dado por que utilizaron las instalaciones de la universidad, en vez de un proceso de fabricación industrial, aclaran.

Contar y ordenar números

El ordenador fue capaz de realizar tareas como contar y ordenar números. Además, incorpora un sistema operativo básico que permite llevar a cabo intercambio de esos procesos. Para mostrar su potencial, los investigadores probaron que el dispositivo también podía ejecutar una instrucción comercial denominada MIPS (Microprocessor without Interlocked Pipeline Stages), desarrollada a comienzos de la década de los ochenta del siglo pasado por John Hennessy, ingeniero y actual presidente de la Universidad de Stanford.

Por su parte, Franz Kreupl, investigador de sistemas electrónicos híbridos de la Universidad de Munich (Alemania) y autor de una reseña sobre el proyecto, que también ha sido publicada en en Nature, indica que trabajos tanto teóricos como experimentales “han demostrado que los nanotubos de carbono son los interruptores electrónicos de mayor eficiencia energética con una escalabilidad muy por debajo de los 10 nanómetros”.

En su opinión, el trabajo de Shulaker y su equipo es muy valioso, ya que ha podido superar las dificultades que tiene trabajar con nanotubos de carbono y construir el primer ordenador funcional con este nuevo material emergente, “muy superior en este tipo de aplicaciones a competidores como el grafeno”.

Para concluir, los autores del trabajo señalan que la demostración del nuevo dispositivo confirma que los nanotubos de carbono son una tecnología factible para desarrollar la próxima generación de sistemas electrónicos de alta eficiencia energética.

jueves, 27 de junio de 2013

NÚMEROS CUÁNTICOS PARA CASINOS VIRTUALES

http://blogs.elpais.com/apuntes-cientificos-mit/2013/06/la-ciencia-es-m%C3%A1s-interesante-que-el-sexo-.html

     Lo que veis a vuestra derecha son dos células fotovoltaicas transparentes. Me las mostraron en el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) en Barcelona; un impresionante centro cuyo objetivo es comprender (ciencia) y aprovechar (tecnología) todos los aspectos relacionados con la luz que podáis imaginar. 
 
     De momento estas células fotovoltaicas transparentes resultan menos eficientes que las convencionales, y son todavía bastante costosas. Pero no dudéis ni un minuto que algún día dejarán de serlo, las tendréis recubriendo vuestro coche o filtrando luz de manera inteligente en las ventanas de los edificios, y la energía solar contribuirá a sustituir esta salvajada de ir quemando combustibles fósiles a discreción.

     De verdad; no sé decirte si esto ocurrirá en 10, 20 o 40 años. Pero ten por seguro que en un futuro no tan lejano explotaremos los recursos naturales de manera absolutamente sostenible, habremos erradicado la pobreza extrema, trabajaremos muchas menos horas (esto ya deberíamos empezar a pensarlo ya), y curaremos enfermedades que ahora generan enorme sufrimiento. Sucederá. No pierdas la perspectiva del avance científico, ni el impacto del cambio exponencial.

Nanopartículas para quemar cánceres

Icfo nanoparticle     Romain Quidant me habla de sus nanopartículas de oro que potencialmente podrían identificar células cancerígenas y quemarlas. 

     El proceso es conceptualmente sencillo: a nanopartículas inertes (de oro por ejemplo) se les añade un anticuerpo capaz de reconocer estructuras específicas de las membranas de células cancerígenas, de manera que al distribuirse por el organismo se enganchen sólo a ellas. Pero estas nanopartículas llevarán algo más: “algo” que reaccione y las caliente mucho cuando les llegue una luz (radiación) determinada.

     Resumiendo, el concepto es así de simple: se inyectan las nanopartículas al torrente sanguíneo, al cabo de un tiempo quedan enganchadas sólo a las células cancerígenas, y enviándoles radiación podremos hacer que se calienten hasta destruirlas. 

     Obvio que además de limitaciones técnicas habrá preocupación por su toxicidad, pero Quidant dice que no serán más tóxicas que la agresiva y contradictoriamente tan asumida quimioterapia. Y no es ciencia ficción; su grupo del ICFO ya ha diseñado nanopartículas, están trabajando con modelos animales y oncólogos de Barcelona, y explica que una experta de Texas ha empezado estudios clínicos con humanos. Comenta que la nanomedicina (enviar cosas a sitios del cuerpo para que realicen funciones específicas) está avanzando mucho, pero que no todo se publica en revistas científicas por los asuntos de propiedad intelectual y patentes que conlleva. 

La lenta Europa intenta recuperar terreno en el grafeno

     Algo parecido ocurre con el grafeno. El holandés Frank Koppens es uno de los grandes líderes del momento en este asombroso material que permite construir capas tremendamente resistentes (un elefante sobre una aguja de grafeno no la rompería), súper-conductoras, y al mismo tiempo ligerísimas y finísimas de sólo un átomo de grosor. Las propiedades de los materiales bidimensionales como el espectacular grafeno son únicas, y sus posibles aplicaciones en baterías, técnicas de imagen, salud, energía, estructuras ligeras y resistentes, detectores, pantallas, y todo tipo de aparatejos electrónicos, interminables. Es parte del futuro.

     La Comunidad Europea ha diseñado una hoja de ruta y dedicado 1000 millones de euros a su estudio, quizás por darse cuenta que a pesar de ser descubierto en Europa y empezado a desarrollar por investigadores europeos, en estos momentos en cuanto a patentes está muy por detrás de EEUU o Asia.

Icfo frank     “Asia and US have many more patents. Actually, it’s embarrassing” (vergonzante) dice Frank. “I think it’s a matter of mentality”, responde cuando le pregunto porqué Europa se quedó atrás.

     Científicos españoles tan reivindicativos de la investigación básica, tomad nota también de esto. Para generar verdadero valor en la ciencia debemos recorrer el camino completo, empezando evidentemente por el principio, pero avanzando hasta el final.

La bomba atómica desde dentro de Los Álamos

     Seguro que el grafeno tendrá aplicaciones militares también. No olvidemos que el presupuesto de investigación científica del departamento de defensa estadounidense (DARPA) es mayor que el de la NASA, el National Institutes of Health (NIH) y la National Science Foundation (NSF) juntos. 

Info glauber 2      De hecho mi visita al ICFO coincidió con una charla del premio Nobel de Física Roy Glauber, quien hace más de 60 años trabajó en Los Álamos en el proyecto Manhattan que generó la bomba atómica. Glauber explicó que unos años antes, físicos teóricos haciendo ciencia básica totalmente inocente habían descubierto que los átomos de Uranio desprendían bastante energía al fisionarse. Vieron luego que si se les bombardeaba con átomos de Bario lo hacían con mayor facilidad, y que curiosamente había un isótopo del Uranio (el U235) que era menos abundante pero podía fisionarse todavía más fácilmente con neutrones. Además, también descubrieron que al desintegrarse el propio U235 liberaba neutrones que –en caso de estar muy concentrado- podían empezar una peculiar reacción en cadena. Todo era muy interesante, se presentaba en conferencias científicas, salía en los medios… hasta que de repente dejó de hacerlo y pareció caer en el olvido. 

     El gobierno estadounidense reclutó científicos en absoluto secreto y construyó los laboratorios de Los Álamos que iban a explorar las posibilidades de esta tan energética y potencialmente destructiva reacción en cadena de fisión nuclear. 

     Glauber explicó que cuando le propusieron el trabajo no le explicaron dónde sería ni de qué trataría, que los jefes hablaban en código entre ellos, o que Niels Bohr utilizaba el nombre falso de Nicholas Baker. Sus comentarios sobre el ciclotrón desaparecido de Harvard, conferencias con títulos “The theory and practice of bombing”, y los relatos sobre las personalidades de Feymann, Teller, Fermi u Oppenheimer fueron historia viva de la ciencia. Fascinante.

  
Números cuánticos para casinos virtuales 

     Antonio Acín estudia información cuántica pero reconoce que los lejanos ordenadores cuánticos no son su primer interés. Él está metido de lleno en la criptografía cuántica, viendo nuevas maneras de codificar la información sin que ni los mejores hackers puedan interceptarla (algo que ya ocurrió con los primeros dispositivos comerciales).  

Icfo labonachip3      Antonio me habla también de sensibilidad y de detectar ondas gravitacionales gracias a fluctuaciones cuánticas, pero lo que me resulta más curioso es la utilización de cálculos cuánticos para crear números aleatorios. Pone como ejemplo que los programas informáticos de un casino virtual generan números aleatorios con complejísimos algoritmos que resultan prácticamente indetectables. Pero no es del todo imposible hackearlos. Al final se trata de un sistema clásico guiado por reglas complejas, pero establecidas. No son 100% aleatorios ni impredecibles. 

     En cambio si los números se generaran utilizando propiedades como la indeterminación cuántica, sí serían absolutamente aleatorios. Ya se está haciendo, y casinos, bancos, militares o empresas podrían tener gran interés en comprar paquetes de ellos. Vender números aleatorios, un negocio en alza ;).

Las bacterias utilizan la cuántica mejor que nosotros

Icfo fotosintesis      La visita termina con Niek van Hulst, quien acaba de publicar un Science explicando que las plantas y bacterias utilizan la coherencia cuántica para extraer energía solar. Lo que Niek ha descubierto tiene un punto rompedor: en coherencia cuántica un sistema formado por varios átomos se comporta como un único sistema cuántico. Eso se ha logrado en condiciones muy restringidas de laboratorio, pero se suponía que en la naturaleza estos sistemas no eran estables. Pues se ve que en ciertos complejos proteínicos involucrados en la fotosíntesis sí lo son, y además utilizan estas propiedades cuánticas para almacenar y transportar energía de manera más eficiente. Algo a estudiar e intentar imitar tecnológicamente, desde luego. La naturaleza demuestra que todavía nos lleva mucha ventaja. 

La ciencia es la gran apuesta

     Almorcé con Lluís Torner, el director y alma de este fabuloso instituto de ciencias fotónicas que nada tiene que envidiar a grandes centros de EEUU o Europa. Lluís explica que de momento a ellos no les está afectando tanto la crisis porque cuentan con mecenazgo y gran parte de su financiación proviene de fondos europeos. Pero a pesar de eso, se muestra preocupadísimo por la situación de la ciencia en España. Percibe que algunas pérdidas causadas por los recortes son irreparables. Esto no es como un edificio que puedes detener su construcción unos meses y retomarla desde el punto que la has dejado. 

     No lo dice Torner sino yo: un país que exporta inteligencia se vuelve menos inteligente. Sin eludir la autocrítica que el sistema de investigación español debería hacer y no hace (de puertas adentro bien que rajan de instituciones y modelos), observar las posibilidades que nos ofrece la ciencia y decidir quedarse al margen es lamentable. “No hay momento malo para hacer algo bueno”, decía el ladrón de cerebros. Ayer en su discurso presentando el plan de cambio climático Obama fue muy contundente: ¿sostenibilidad ambiental vs crecimiento económico? Esta dicotomía es falta y propia de personajillos cortoplacistas poco visionarios. Gracias a la ciencia y la tecnología podemos tener ambos. Si apostamos por ella, claro.

viernes, 17 de mayo de 2013

EL COSTE DE TENER UN CEREBRO MUY GRANDE

http://sinapsis-aom.blogspot.com.es/2013/05/el-coste-de-tener-un-cerebro-muy-grande.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed:+blogspot/GHTt+%28Sinapsis%29


      Lucy es el nombre del esqueleto de un homínido, un Australopitecus, que se encuentra en el Museo Nacional de Etiopía en Addis Abeba. Tiene 3,2 millones de años de edad y su característica más importante es que caminaba de pie. La evolución humana trajo consigo unos cerebros muy grandes con un enorme coste energético. La bipedestación, el uso de las manos, el lenguaje, las capacidades cognitivas, la cultura y la dieta están unidas en el desarrollo humano, pero aún no sabemos cómo.


      Lucy tenía el cerebro del tamaño de un chimpancé y no era muy distinta cognitivamente. Desde entonces el volumen del cerebro se ha multiplicado por 3, desde el medio litro de Lucy y los chimpancés hasta el litro y medio de los humanos.

      El cerebro humano consume una quinta parte de todas las calorías que ingerimos. Es una cantidad enorme y alimentarlo supuso para nuestros antepasados cambios fundamentales en varias áreas (como curiosidad conviene decir que un cerebro humano consume 20 vatios, lo que una bombilla pequeña. Por contraposición, el superordenador más grande consume 8 megavatios, medio millón de veces más).

      El esqueleto de Lucy muestra a las claras que la bipedestación es anterior al crecimiento del cerebro. Andar de pié además modifica la pelvis y el parto. Como consecuencia, los cráneos de los homínidos no nacen totalmente formados. Los huesos terminan de cerrarse a los dos años del nacimiento lo que permite que el cerebro siga creciendo después del parto, algo que no ocurre en el resto de los simios.

      La bipedestación trajo otros cambios. Nuestros antepasados podían recorrer mayores distancias sin cansarse y perseguir a la caza durante jornadas. También permitió ver desde una mayor altura lo que resultaba conveniente en las altas hierbas de la sabana. Además dejaba las manos libres lo que permitió fabricar instrumentos y crear una cultura cada vez más compleja. Todo ello trajo consigo un progresivo aumento del cerebro, mayor cultura y más habilidades cognitivas.

      Los estudios parecen indicar que la bipestación conlleva un menor coste energético, de modo que los homínidos podían gastar más en pensar ya que su locomoción era más económica. Pero otros factores también han influido.

      La caza permitió una dieta más rica, hacer más con menos cantidad de comida y disponer de tiempo libre. La cultura tiene una doble influencia. La cría de la prole en grupos era facilitada por la caza de la manada. Y la independencia del clima se vio favorecida por el vestido y la vivienda.
     Saber cómo evolucionaron todos estos aspectos llevará años de investigación antropológica y genética. Mientras tanto, el fascinante recorrido del ser humano desde los tiempos de Lucy seguirá siendo un misterio.

sábado, 11 de mayo de 2013

EL MÓVIL: ¿NECESIDAD TIRÁNICA O EVOLUCIÓN?


Hace algún tiempo oí decir a un premio Nobel de Economía que “civilizar era crear necesidades”. No sé si el premio se lo concedieron por su méritos y sus trabajos (es obvio que fue por esto) o por lo acertada y rabiosa actualidad de la frase. Y es que en los últimos 20 años, el número de necesidades que nos hemos ido creando, han aumentado de forma exponencial, aumento inversamente proporcional a nuestras verdaderas necesidades.

         Necesitamos dos coches en casa: uno para cada cónyuge con el fin de facilitar la aplicación de la conciliación familiar (eso sin contar con retoños mayores de 18 años en el hogar, que necesitarían otro auto para “pasárselo bien con sus colegas”). Necesitamos unas vacaciones cada trimestre para relajarnos y dejar atrás el estrés del día a día, “cambiar el chip” en playa o nieve, según corresponda a la temporada y “recargar las pilas”. Necesitamos ir de compras o de rebajas, según también temporada, para completar nuestro “fondo de armario”, verdadera reserva textil que acicalará nuestra fachada de cada a los demás, expresando de ese modo nuestro estado de ánimo en ese momento. Y sobre todo, y por encima de todo, necesitamos crearnos necesidades. Necesitamos las necesidades.

         Pero si hay alguna necesidad creada que se haya convertido en imprescindible para nuestras vidas, esa necesidad se llama teléfono móvil.

         El teléfono móvil se ha convertido en muy poco tiempo en una verdadera prolongación de nosotros mismos, en un órgano vital más para y en nuestras vidas. Es nuestro compañero inseparable, nuestro colega del alma, nuestro confesor y consejero, aquel a quien le contamos nuestros pensamientos más profundos para que los pueda divulgar a los cuatro vientos a modo de sentencia filosófica. Él nos despierta por las mañanas y nos acurruca y nos duerme por las noches, con su música melosa que nadie como él sabe cuál os gusta. No se enfada, no protesta, está de acuerdo en todo. Me alegra cuando estoy triste y prolonga mi alegría cuando ese es el estado emocional que predomina en esos momentos. Todo esto y más es el teléfono móvil; todo esto es “mi móvil”.

         Sin embargo, una vez más, el ser humano ha convertido en un verdadero problemón enfermizo algo que nació y fue creado para facilitar nuestras vidas, para facilitar las comunicaciones entre semejantes, entre familiares y amigos, para sacarnos de más de un apuro en situaciones límite y extremas que antes, sin ese artilugio, era prácticamente imposible salir de ese embrollo. Lo que nació como avance y progreso en la vida de las personas, éstas lo han malcriado hasta el punto de llegar a convertirlo en una verdadera enfermedad psicológica venidera.

         La dependencia que padece la sociedad en torno al móvil tardará muy poco tiempo en equipararse a la dependencia del tabaco, el alcohol, el juego o las drogas. Se le pondrá nombre médico a esa nueva dependencia y adicción, nombre que convivirá con total naturalidad con ludopatía, tabaquismo y drogadicción. Nuevas terapias aparecerán para combatirla. Mientras, la mayor parte de la sociedad (la adicta y la no adicta) pondrá nuevamente el grito en el cielo sin entonar jamás un “mea culpa”, fundamental y decisorio para solucionar este problema y el próximo de similares características que aparezca, que seguro que ya lo estaremos cocinando por entonces.

         Hoy día, cuando vemos a un grupo de jóvenes (y no tan jóvenes) reunidos en un local de ocio, o simplemente paseando tranquilamente, y cada uno de ellos va mirando y manejando su propio teléfono móvil, sin tener constancia de la presencia de los demás, y devaluando y rebajando el significado de esa reunión o paseo entre semejantes, un sentimiento de pena, rabia, frustración y enfado aflora inmediatamente en nosotros. Al instante aparecen delante de nosotros recuerdos de nuestros tiempos jóvenes cuando nos reuníamos para jugar en la calle, pasear por el campo y caminos aledaños, los primeros guateques “mixtos”, los secretitos amorosos entre pandillas; recuerdos que, mirando a esos jóvenes “solitarios” aceptamos que ellos nunca los tendrán. Recordarán la marca y modelo de su primer móvil y las posibilidades técnicas que les ofrecía, pero nunca podrán recordar sus vivencias y recuerdos personales con amigos; incluso me atrevería a decir que no recordarán nunca haber tenido amigos, ni aún buscándolos en la red o preguntándoselo a su móvil.
http://www.albacete.es/es/webs-municipales/mujer-igualdad-familia/novedades/el-machismo-juvenil-multiplica-su-tirania-con-el-smartphone/image_preview
         Pero si aún queremos ir un poco más allá y profundizar en consecuencias venideras y secuelas incurables, podríamos fijarnos en el lenguaje que se utiliza en las comunicaciones de estos elementos tecnológicos. Son ya muchas las comunidades autónomas y universidades, con sus doctores y catedráticos en la materia correspondiente al frente, los que están comenzando a dar la voz de alarma sobre las tremendas y aberrantes faltas de ortografía que nuestros jóvenes van adquiriendo (incluso tratado de convertirlas en normas y leyes con el apoyo de colectivos que piden una escritura fonética sin tantas reglas ortográficas) a medida que abusan del artilugio para comunicarse entre ellos. Para muestra un botón: los resultados de las oposiciones a maestros de la comunidad de Madrid en 2.011. Independientemente de las contestaciones dadas por alguno de ellos y el porcentaje de aprobados y suspensos, las faltas de ortografía que demostraron ponen de manifiesto que estamos ante un nuevo problema social, independiente y a la vez consecuencia de esa adicción y dependencia de que se hablaba antes.

         Y todo esto sin hablar del tiempo que le dedican –que pura y llanamente es tiempo perdido- y el tiempo que pierden en su uso y abuso, no dedicándoselo a estudiar, a formarse, o a comunicarse directamente de tú a tú. No estaríamos hablando de procrastinación, ya que, como se ha apuntado antes, deberíamos tratarlo como adicción y dependencia en los casos más extremos, pero sí de un problema de dejadez de responsabilidades que a la postre produce los mismos efectos y las mismas consecuencias.

         Resulta paradójico que, las personas que mejor comunicadas están de toda la historia de la humanidad, y que tienen un mayor y mejor acceso a todo tipo de información, hagan el peor uso que se puede hacer con y de ella. Diccionarios, periódicos nacionales e internacionales, enciclopedias, infinidad de enlaces a páginas científicas, técnicas y humanísticas, etc; todo al alcance de un click de ratón o de un golpe en la pantalla. … y la mayoría se decanta por las comunicaciones en redes sociales, servicios de comunicación tipo whatsapp o la obsoleta mensajería instantánea, aderezadas todas ellas con fotografías y videos dignas de premios Bafta, ensalzando inconscientemente el vasto poder de conocimiento de su autor o autores.

         Al igual que con la cita del premio Nóbel que se indicó al inicio, en algún otro lugar y momento leí que “la evolución es una descendencia con cambios, … en la que las modificaciones de mayor éxito adaptativo son prósperas y prevalecen”. Por éxito, al teléfono móvil no hay quien le supere, y prosperidad tiene toda la que nosotros le queramos dar, pero eso no quiere decir que nos provoque una evolución, aunque si nos atenemos a la definición anterior de evolución, estaríamos de acuerdo en que es “con cambios”, no siendo éstos los apetecidos para todos.

         Los cambios que nos provoca la evolución del teléfono móvil son unos cambios más sociales que biológicos y humanos. Si la historia de la humanidad se ha caracterizado, entre otras cosas, en su lucha constante por la libertad e igualdad de las personas en el mundo, el cambio socio-cultural que no está provocando este artilugio tecnológico hace que pasemos de ser hombres libres a estar, a la vez y al unísono, esclavizados. Esclavizados por nosotros mismos, con nuestro consentimiento y nuestro esfuerzo que día a día ponemos en el afán de conseguir dominar las máquinas. Al final, la máquina ha ganado –o ganará en un tiempo no muy lejano- y hemos sido sometidos a su esperpéntica dictadura, todo ello sin conseguir aún el ser humano, crear máquinas inteligentes que pongan en peligro la supervivencia del hombre. Un terminal tonto, manejado con un solo dedo, es capaz de desposeernos de nuestra propia personalidad, de anularnos por completo en una reunión de amigos, de mantenernos despiertos toda una noche, de impedirnos salir de casa tan solo para pasear o tomar el sol.
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         Stanley Kubrick, en su famosa “2001, una odisea en el espacio”, profetizaba que para ese año, ordenadores con la inteligencia de HAL9000, llegarían a controlar a todo un ser humano, incluso a tener la capacidad de eliminarlo. El tiempo ha puesto de manifiesto que estaba equivocado en ambas cosas. En 2001 no había ordenadores inteligentes con esa capacidad de razonamiento, y que para destruir al ser humano no es necesario ese software inteligente. Es suficiente algo más pequeño y mucho más tonto. Algo más parecido a la inteligencia que día a día demuestra el ser humano hacia la tecnología. ¿Será por eso que aún no halla podido crear ese tipo de ordenadores superinteligentes? ¿O será que tiene miedo a que una vez creados puedan destruirnos? ¿Se habrá preguntado alguna vez el ser humano la pregunta anterior o estará ocupado en cosas más importantes?

         Como diría Bob Dylan, la respuesta está en el viento. O mejor dicho, las respuestas se las lleva el viento.

¿QUÉ HEMOS APRENDIDO DE BARCELONA 92?


Ilustrándome en un diario escrito, leo en unas de sus páginas el precio que se ha pagado por dos cafés en un determinado hotel de la capital de España. 5’20 € es el precio de ambas consumiciones, un precio muy elevado para mi economía y para la economía de la mayoría de los españoles, mucho más si ponemos de manifiesto la violenta y cruel situación de muchos de ellos. Automáticamente, y como un fogonazo a modo del Eureka de Arquímedes, recuerdo que en otras secciones de ese mismo diario se hablaba de la visita que los miembros del COI estaban realizando en Madrid para valorar las instalaciones y evaluar a dicha capital de cara a la organización de los JJOO de 2020. Tal y como pudiera hacer cualquier persona medianamente informada, una posible relación de ambas noticias se presumía inevitable, no por la coincidencia en el tiempo, sino por una posible prolongación en él, incluso aumentada con la entrada del nuevo 2020.

         Madrid tiene más opciones que nunca de organizar los JJOO de ese año 2020. Tiene más del 75 % de las instalaciones, si no terminadas, casi. Opta a ese galardón por tercera vez consecutiva y, si como dice el refrán, a la tercera va la vencida, pues el asunto está hecho, como diría un político cuando pone la mano a modo de cazo. Los madrileños estarían encantados de la vida. Muchos puestos de trabajo, fuertes incrementos de ventas en comercios, locales hosteleros y de alojamiento entre otros, capital y escaparate del mundo durante toda la celebración; un sinfín de parabienes que no se pueden dejar escapar. Sin embargo, mientras la euforia va tomando posiciones en la cabeza de esta carrera, sería más conveniente hacer, una vez más, de abogado del diablo y sosegar los ímpetus que, cual primavera imperecedera, van brotando con el día a día.

         Tal y como está en la actualidad la sociedad española, con esa criminal y obscena tasa de paro, la situación en la que se encuentran los políticos tras los innumerables casos de corrupción, la caída en picado en prestaciones sociales y asistenciales, la subida de impuestos y el derrumbe de los ahorros, muchos ciudadanos se preguntan, y nos preguntamos, si todos esos beneficios que nos recitan de carrerilla un día y otro los mandamases de esta organización deportiva, van a repercutir realmente en nosotros o, como siempre ocurre y está ocurriendo, irán a parar a los bolsillos de unos cuántos (los mismos de siempre) vía paraísos fiscales. La duda es más que razonable, sobre todo en la situación actual. Y más que dudas, la ciudadanía comienza a tener miedo y temor ante el futuro que le depara la omnipresente situación social y económica actual, y el tiempo que falta para esa celebración.

         Si a 7 años vista, un café lo cobran a 2’60 €, ¿a cuánto lo cobrarán durante la celebración de los JJOO? ¿Alguien duda de una subida descomunal de taxis y transporte público en la capital y sedes olímpicas? ¿Los hosteleros se quedarán de brazos cruzados o aplicarán la misma receta? Miedo me da pensar qué podría ocurrir con los precios de los alimentos y las consumiciones de los locales de ocio. En definitiva, un incremento generalizado y descarnado del nivel de vida en la capital y sedes olímpicas, justo lo contrario de lo que se está demandando en la actualidad y años venideros para fomentar y aumentar el consumo y la confianza de los consumidores.

         Es lógico y normal pensar que todos los sectores de la economía relacionados con la celebración de dicho evento quieran aprovechar el tirón y aumentar sus ganancias con una subida importante de precios, dado que quienes nos visitan, aparte de deportistas, serán personas con un poder adquisitivo alto o muy alto (miremos dentro de un tiempo el precio de las entradas para asistir a cualquier estadio o pabellón deportivo olímpico). Pero guste o no, queramos o no, esas personas, deportistas incluidos, retornarán a sus lugares de origen, y entonces comenzará de nuevo el descenso en caída libre de ventas e ingresos, el llanto zarzamorano de llora que llora por los rincones, lamentos ahogados de que esto va a peor, que estamos igual que antes; afirmaciones todas ellas tontas por lo obvias que son y perniciosas por quienes las hacen.

         Ellos son los dueños de sus negocios y ellos son los que deciden cómo llevarlo y cómo hacerlo funcionar. Ellos tomarán las decisiones que tomen cuando comiencen los juegos. Ahora bien, una vez que finalicen, quedarán en una situación muy delicada, ya que los ciudadanos españoles habremos sido ninguneados durante el evento, ofreciéndonos servicios que sabían que no podríamos pagar para hacer uso de ellos. Nosotros habremos adquirido el hábito de no hacer uso de esos servicios, y la situación social y económica volverá de nuevo a niveles peores aún de los que actualmente estamos padeciendo (¡que poca memoria histórica tenemos por no acordarnos de Barcelona 92 y la Expo sevillana!).
        
         El COI español está vendiendo y glorificando su candidatura, pero a su nivel, no al nivel de la práctica totalidad de los españoles; a ellos no se los está teniendo en cuenta. Todos los argumentos están basados en beneficios económicos y parabienes económicos, dinero y más dinero, justo lo que no tienen o tenemos esa gran mayoría de los ciudadanos españoles. … y lo que es peor, que jamás lo tendrán con la celebración de los JJOO en 2020, ya que lo poco que les quede lo tendrán que gastar par subsistir en la sociedad que se creará durante esos días.

         Harían bien esos mandamases ¿deportistas? en tener más consideración a toda esa masa de españoles que más que disfrutar los JJOO, los sufrirán. Que piensen más en ellos porque, quieran o no quieran, les guste o no les guste, al final tendrán que ser ellos quienes saquen a este país de la situación en la que la van a dejar. Y, créanme, mejor y más rápido se hace ese trabajo teniéndolos contentos que cabreados. ¡Ustedes deciden! … pero luego no se quejen.