lunes, 26 de marzo de 2012

DON INO Y EL CARTEL ANUNCIADOR

¡Hola a todos!

             Aunque ya me he presentado escuetamente, esta pequeña introducción sólo tiene la finalidad de anunciaros que próximamente, y en sucesivas entregas, tengo la intención de hablaros sobre el Arte Románico. Y algunos preguntareis: “¿y porqué sobre un arte – además tan viejo-, y no sobre algo que nos interese más, como el fútbol, internet, videojuegos, … cosas que a nosotros nos guste más? Sí, es cierto, pero de todo lo que os gustaría que os hablaran, de la mayoría de las cosas sabéis más que yo, y de lo que no, tenéis muchísimos medios para aprenderlo. ¡Ni más ni menos que los medios que tenía yo cuando estudié! Sí, sí, que yo también estudiaba, en otra época, pero estudios al fin y al cabo. No penséis que antes no se estudiaba.

         La razón de elegir el Arte Románico es bien sencilla: es un arte que da muchas respuestas a toda una serie de preguntas que, sin saberlo, todos nos hacemos cuando vemos una iglesia, una catedral, asistimos a una misa, vemos una procesión, celebramos fiestas patronales, fiestas “de guardar”, tradiciones locales, costumbres, etc. Parece como si todo viniera de la nada, que todo fuera así porque sí, sin más explicaciones y sin más preguntas; que lo que vemos y escuchamos fuera alguna ocurrencia de alguien en un determinado momento. Nada más lejos de la realidad.

         Todo en la vida tiene su fundamento y su por qué, y el Arte Románico dio y da más respuestas a nuestras preguntas cotidianas de lo que en realidad parece. Sí, aunque sea un arte muy viejo, todo lo que se hizo durante la época en la que estuvo presente este arte, se ha venido transmitiendo hasta nosotros de una manera o de otra. Os lo aseguro.

         Pero no quiero que esta primera toma de contacto sea el primer sermón que os dé. Vamos a dejarlo aquí y en próximas entregas profundizamos más en todo lo comentado.

         Lo siguiente que voy a hacer es presentaros el cartel que he confeccionado para ilustrar estas entregas “románicas”. Todo lo que es importante, o a lo que nosotros le damos más importancia, tiene que tener una imagen visible y representativa que sea capaz de transportarnos o de evocarnos hacia lo que esa imagen nos quiere decir. Eso mismo he querido tratar de hacer con este cartel. Miradlo y seguimos hablando.


¿Os ha gustado? ¿Sí? ¿Seguro? Bueno, pues me alegro mucho; esa era mi intención.

         Como podéis apreciar el cartel representa, en primer plano, el rostro de un Cristo Crucificado; en realidad de trata de la Majestad de Batlló, una imagen en madera policromada del siglo XII, que presenta a Cristo crucificado en aptitud de Cristo Majestad o triunfante, sin rastros de sufrimiento, ¡con los ojos abiertos!, como si clavado en la cruz no tuviera dolor ni sufriera. ¡Qué cosas! ¿Verdad? Sí, pero la escultura románica representa así a los Cristos Cruficicados: con los ojos abiertos y sin sufrimiento. Cristo es representado como vencedor de la muerte. Esta es una de las ideas religiosas más difundidas durante la época del románico.

         Veis, ya hay algo que no sabíais y que habéis aprendido. Decía Cervantes (¿sabéis quién era, verdad?) que se tiene que leer todo, incluso los papeles que caen en tus manos por la acción del viento, pues de todo se aprende.

         Otra figura que aparece en el cartel es el Pantocrator de San Clemente de Taül (Lérida), una pequeña iglesia que se encuentra en el Pirineo leridano. Esta imagen representa a Cristo en Majestad, con el libro de la vida abierto en la mano izquierda y con la derecha haciendo el signo de la bendición, … aunque algunos diréis que más que un signo de bendición parece un signo de amenaza. Puede ser, pero no es lo más probable.

         Aunque en el cartel no se puede apreciar, en las páginas del libro aparece la inscripción EGO SUM LUX MUNDI (Juan 8, 12), una frase escrita en latín que traducida al castellano significa: “Yo soy la Luz del mundo”, otra idea muy difundida también durante la época del Románico: Cristo es la Luz y la Vida, lo apuesto a las tinieblas, símbolo de oscuridad y pecado.

         Por último hay representado un claustro de un monasterio. Es el claustro del monasterio de San Juan de la Peña (Huesca), un claustro que tiene por techo la montaña, sí, como suena, la montaña. Está construido en un hueco de la montaña, y es la propia roca la que lo cobija del frío y de la lluvia.

         Como veis, he intentado que en el cartel figuraran los tres artes más importantes que engloban el Arte Románico: la escultura: Majestad de Batlló; la pintura: Pantocrator de Taül, y la escultura: claustro de San Juan de la Peña. Esos son los tres artes más importantes que se desarrollan durante el Románico, aunque hay más, como las artes menores que engloban la eboraria, la orfebrería, los esmaltes etc.

         Ya me he dado cuenta que soy muy hábiles y os habéis percatado que todo lo representado en el cartel tiene un profundo significado religioso. Así es. Y no es porque yo sea sacerdote, que lo soy (¿os habéis fijado en cómo voy vestido?), sino porque el Arte Románico es una arte eminentemente cristiano, el primer arte cristiano que fue común tanto en España como en el resto de Europa al mismo tiempo, durante la misma época. Deciros que la época románica fue una época muy religiosa; de ahí que todo su arte girara en torno a la religión cristiana.

         Bueno, para ser la primera toma de contacto, creo que no ha estado mal, ¿no? ¿Os he aburrido? No creo.

         Intentaré ser lo más ameno posibles en sucesivas entregas para que os vayáis enganchando a este arte medieval. ¡Veréis que bien lo pasamos!

         ¡Hasta la próxima!