martes, 11 de diciembre de 2012

IBM SIMULA 500 MIL MILLONES DE NEURONAS Y 100 BILLONES DE SINAPSIS

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En una simulación neuronal sin precedentes, IBM ha logrado simular 500 mil millones de neuronas y 100 billones de sinapsis. Para ello ha utilizado Sequoia, el segundo superordenador más grande del mundo con millón y medio de núcleos. Esto es una proeza computacional, pero tiene poco que ver con la neurociencia. Veamos por qué.
 
El departamento de Cognitive Computing de IBM en Almaden dirigido por Dharmendra S. Modha lleva unos años realizando asombrosas simulaciones en el contexto del proyecto DARPA SyNAPSE. Como parte de este proyecto, anunció la simulación a la escala del córtex de un ratón, luego de una rata y más tarde de un gato.

El objetivo de este programa es crear un chip neurosináptico que supone una ruptura con la arquitectura tradicional de los ordenadores. Esta arquitectura es la llamada Von Neumann que usan la totalidad de los ordenadores en la actualidad, incluidos móviles y tarjetas. En la arquitectura Von Neumann la memoria está separada del procesador, el hardware del software y los programas están separados de los datos. Ha sido muy exitosa mientras se cumplía la miniaturización de componentes expresada en la ley de Moore: cada dos años se duplica el número de transistores en un espacio dado. El problema es que estamos llegando a los límites del átomo y que la ley dejará de cumplirse.
El chip neurosináptico es una ruptura total con la arquitectura Von Neumann. Se basa en el diseño de las neuronas en las queno hay distinción entre hw y sw, programas y datos, memoria y procesador. El chip consiste en una matriz de neuronas y entre sus cruces se realizan las sinapsis. De este modo, cada sinapsis del chip es hw y sw, proceso y memoria, programa y datos. Dado que todo está distribuido, no es necesaria un miniaturización tan extrema y sobre todo, un reloj tan rápido. Frente a los actuales gigahercios de frecuencia, las neuronas se disparan a un hercio, y en el caso del chip a 8 hercios. Además, los procesadores son clock driven, es decir, actúan bajo la batuta del reloj mientras que las neuronas son event driven, actúan solo si hay actividad que realizar.

Uno de los objetivos es reducir el consumo eléctrico. Un cerebro consume lo que una bombilla pequeña, 20 vatios. Un superordenador consume cientos de megavatios. El nuevo chip tiene un consumo muy reducido. Estos chips están construidos con tecnología de silicio clásica CMOS.


La arquitectura de muchos chips neurosinápticos unidos se ha llamado TrueNorth. Ya existe en desarrollo un chip de 256 neuronas, 1024 axones, y 256×1024 sinapsis.


El chip sin embargo no está en producción masiva. Para seguir trabajando en paralelo al desarrollo, se ha realizado la prueba actual. Para ello se ha usado un simulador llamado Compass. Compass traduce el comportamiento de un chip neurosináptico (no Von Neumann) a un ordenador clásico (Von Neumann). Usando Compass se ha simulado (pdf) el comportamiento de 2.000.000.000 chips. Esto supone 500 mil millones de neuronas y 100 billones de sinapsis, cifras por completo astronómicas. El resultado de la simulación se ha ejecutado 1.542 veces más lento que en tiempo real.
Para realizar la simulación se ha usado el segundo superordenador más grande del mundo, Sequoia un Blue Gene/Q de 96 armarios con 1 millón y medio de núcleos y 1,5 petabytes de memoria. Uno de los objetivos de la simulación es ver el escalado. Un problema habitual es que que cuando añadimos más cores, el sistema no funciona proporcionalmente más rápido. En el extremo, añadir más cores no aumenta el rendimiento: el sistema escala mal. Imagina un camarero atendiendo detrás de la barra. Si hay un segundo camarero, irán más rápido, pero no el doble. Si sigues añadiendo camareros, llegará un momento en que no aumente la eficiencia, incluso se verá reducida. El sistema escala mal. Pues bien, en la simulación realizada el escalado ha sido casi perfecto lo que es muy satisfactorio computacionalmente.


¿Qué tiene esto que ver con la neurociencia y el cerebro? Bien poco. La simulación no imita ningún comportamiento animal ni cognitivo ni humano. Para simular el comportamiento del cerebro, necesitamos saber cómo funciona y eso está lejos de lograrse. Para cuando llegue ese conocimiento debemos tener preparados ordenadores que sean capaces de simularlo y en este contexto se enmarca la presente investigación. Aunque no solo; la idea de diseñar estos nuevos chips es ponerlos en producción en aplicaciones comerciales tradicionales dando una gran potencia con un bajo consumo. La simulación del cerebro deberá esperar aún alguna década.


 

lunes, 3 de diciembre de 2012

LO ÚLTIMO EN CEREBROS DE SILICIO

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/11/29/actualidad/1354215866_629020.html

Científicos canadienses crean un modelo que emula comportamientos humanos

Spaun reconoce números, los ‘entiende’ y los escribe con su brazo robótico

Olvide a Deep Blue, el ajedrecista de silicio. Lo último en inteligencia artificial se llama Spaun, cuenta con dos millones y medio de neuronas y no tiene tiempo para jugar al ajedrez. Sus creadores, siete neurocientíficos teóricos de la Universidad de Waterloo, en Canadá, le tienen todo el rato resolviendo tests de inteligencia. Spaun reconoce números escritos de cualquier forma, recuerda listas de ellos –como hacemos nosotros cuando nos dictan un teléfono y no encontramos el bolígrafo— y responde varios tipos de preguntas de las que se usan para medir el CI (cociente de inteligencia) de los humanos.

No es tanto como escribir poesía, pero las máquinas se nos van acercando por los flancos que creíamos mejor protegidos: el aprendizaje, la duda, la chispa creativa que resuelve una situación completamente nueva, lo que no es tan distinto al hallazgo de una nueva metáfora, un nexo profundo que nadie había visto antes entre dos cosas dispares.

Pese a ser un modelo virtual del cerebro humano –un programa informático que se puede guardar y correr en cualquier ordenador—, Spaun ocupa hasta cierto punto un espacio físico y hasta tiene un cuerpo, pues se comunica con el mundo escribiendo en un papel con su brazo robótico de última generación. Hasta ahora escribe números, pero ya irá aprendiendo las letras y otras cosas.

Spaun es obra de Chris Eliasmith y sus colegas del Centro de Neurociencia Teórica de la Universidad de Waterloo, en Ontario. La neurociencia teórica es una disciplina emergente que modela el cerebro humano con las herramientas computacionales más avanzadas; su principal objetivo no es mejorar la inteligencia de las máquinas, sino entender la de los humanos. Su último trabajo, el autómata Spaun, se acaba de presentar en la revista Science.

Ante una máquina que resuelve algunas de las cuestiones típicas de los tests de inteligencia, cabe preguntarse: ¿Qué CI alcanzaría Spaun si se presentara a una prueba? "Algunas de las tareas que le hemos puesto a Spaun están basadas en un test de CI, el test de Raven", responde en un mensaje Eliasmith.

El test de Raven o RPM (siglas de Raven’s progressive matrices) es uno de los tests más comunes a partir de los cinco años de edad, y sirve para medir la inteligencia fluida, que no depende tanto de los conocimientos del sujeto como de su cintura para enfrentarse a situaciones inesperadas.

"Alrededor de 1/7 de las preguntas de ese test son de la forma que Spaun puede resolver", prosigue Eliasmith. "Si consideramos solo esas preguntas, los humanos alcanzan un 89% de aciertos, y Spaun es casi igual de bueno, con un 88%". Entonces, ¿estará la úlltima frontera, aquella que separa las máquinas de lo específicamente humano, en los otros 6/7 de las preguntas del test de Raven?

No. "Tenemos otro modelo en proceso de publicación", revela el creador de Spaun, "que resuelve todas las cuestiones de ese test con una tasa de aciertos comparable a la de las personas". O tiramos la toalla o nos vamos inventando otro test de inteligencia. De momento, es posible ver a Spaun en acción en una serie de videos publicados en la web por sus creadores: http://nengo.ca/build-a-brain/spaunvideos

"Solo sabremos construir un cerebro cuando sepamos cómo funciona", comenta en Science Christian Machens, del Programa de Neurociencias Champalimaud, en Lisboa. "Eso implica comprender las computaciones que lleva a cabo cada área del cerebro, y cómo estas computaciones se pueden modelar con redes neurales".

Pese a lo que indica su nombre, las redes neurales a las que se refiere Machens no están hechas de neuronas biológicas, sino de su equivalente en silicio. Al igual que las células reales en las que se inspiran, las neuronas artificiales reciben muchos inputs y los integran para generar un solo output, y pueden modificar el peso que dan a cada información de entrada según la experiencia previa.

Tanto Machens como el propio Eliasmith coinciden en el elemento crucial que falta para que Spaun funcione como un cerebro humano: la flexibilidad necesaria para aprender a resolver problemas completamente nuevos. A los humanos se nos supone.

lunes, 19 de noviembre de 2012

CREAN UN "CABLE" QUE CONECTA EL CEREBRO A LAS MÁQUINAS

www.abc.es

El ingenio podrá  ayudar a revelar un buen número de los misterios que aún envuelven al cerebro y su funcionamiento.
El ingenioso cable es tan preciso que puede conectarse, incluso, a células individuales
 
Un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan acaba de consegjuir algo que parecía imposible: fabricar un delgadísismo cable de "enchufar" directamente el cerebro humano a una computadora. El ingenio es tan preciso que puede conectarse, incluso a células individuales. El sorprendente estudio se publica esta semana en Natura Materials.

El cable en sí es un filamento de carbono revestido de plástico, de modo que las señales eléctricas de las neuronas no causen molestas interferencias no deseadas. En uno de sus extremos, el cable está impregnado con un gel cuya finalidad es la de acoplarse a la perfección con las membranas de las células cerebrales y transmitir y recibir de ellas señales eléctricas. El otro extremo está conectado a una computadora, de forma que las señales que emite el cerebro llegan directamente a la máquina, y con una extraordinaria claridad.

"El electrodo -explica Nicholas Kotov, uno delos desarrolladores del dispositivo- tiene un diámetro aproximado de 0'007 milímetros (siete micras), muchos menos que el de sus más directos competidores, que tienen entre 25 y 100 micras".

A diferencia de los anteriores, que podían llegar a dañar las neuronas cercanas a aquellas con las que se quiere conectar, el nuevo electrodo es mucho más preciso y tiene, además, la ventaja de que el otro extremo (el que no está en el cerebro) puede conectarse a cualquier clase de dispositivo, por ejemplo a una prótesis.

La gelatina, incluso, habla el lenguaje de la célula, añade el investigador. Los impulsos eléctricos viajan por el cerebro mediante movimientos de iones, o átomos con cargas eléctricas, y las señales se mueven a través de la gelatina de la misma manera. Del otro lado, la fibra de carbono responde a los iones moviendo electrones que traducen eficazmente la señal del cerebro al lenguaje de los artefactos electrónicos.

El ingenio ya ha sido probado en ratones y ha dado, hasta ahora, unos resultados excelentes. Pero los propios autores del artículo aclaran que aún es pronto para empezar a utilizarlo con seres humanos. Cuando por fin se haga, el dispositivo contribuirá a revelar un buen número de los misterios que aún envuelven al cerebro y su funcionamiento, entre ellos, la forma en que las neuronas se comunican entre sí o el trazado exacto de las "autopistas" que cruzan el cerebro de parte a parte transportando la información que éste debe procesar continuamente.

Sin problemas de salud

Uno de los mayores problemas aún sin resolver es el de la duración del electrodo. En efecto, para que pueda ser utilizado, por ejemplo, con una prótesis, el cable debería resistir sin degradarse durante años enteros mientras está conectado al cerebro del paciente. Pero hasta ahora, los experimentos sólo han durado seis semanas, por lo que se desconoce cómo puede evolucionar el cable durante periodos más largos.

Las pruebas, a pesar de todo, resultan esperanzadoras. Las neuronas y el sistema inmune de los ratones se acostumbraron a los electrodos después de apenas dos semanas, lo cual indica que estos "invasores electrónicos" podrían seguir funcionando sin problemas durante un largo tiempo.

"Gracias a que estos artefactos son tan pequeños -asegura por su parte Takashi Kozai, que ha dirigido la investigación- podremos combinarlos con nuevas técnicas óptimas para observar directamente, por primera vez, cómo se comportan y qué hacen las células cerebrales cuando se comunican entre sé".Aunque, según los propios investigadores, será necesaria casi una década más para que la tecnología pueda comercializarse y ser utilizada de forma masiva.


miércoles, 14 de noviembre de 2012

SÍ, PERO ... ¿QUÉ ES EL ROMÁNICO?


      ¡Parvulitos y parvulitas! ¡Estudiantines todos!, ¿romaniqueáis mucho? ¿Tenéis ya un cuerpo románico? ¿Y la mente, tratáis de pensar como ellos mientras leéis cada capítulo? Hacedlo, es la única forma de poder entender todo lo que rodea y abarca el Románico. ¡Seguid así!
            
         Durante todo este tiempo hemos hablado de muchos temas que son importantes para entender el Románico. La vida en la edad medieval, cómo era España y Europa durante ese tiempo, de donde procede la palabra y el origen del Románico; temas importantes pero que no acaban de aterrizar de una vez por todas en lo verdadero del Arte Románico. Son temas circunstanciales y a la vez complementarios, pero básicos para su entendimiento.

         “Muy bien, ya lo tengo todo claro, entendido y aprendido, pero … ¿qué es el Arte Románico?” diréis la mayoría de vosotros, “… ¿qué es realmente?”.

         Bueno, vamos a tratar de explicarlo.

         Como hemos dicho en capítulos anteriores, el Arte Románico nace a partir de todo el pensamiento postmileniarista, después del año 1.000, cuando los habitantes de toda Europa se dan cuenta que nada de lo maléficamente profetizado ocurre.

         Realmente nace un poco antes del año 1.000, concretamente en fecha aproximada al año 950, donde ya se comenzaba a edificar utilizando unas determinadas pautas comunes. El periodo de finalización lo podemos considerar hacia la mitad del siglo XIII, aunque, como ocurriera en su aparición, mucho antes de esa fecha, hacia finales del siglo XII, ya se comenzaba a construir modificando las características románicas; era el comienzo tibio del  Arte Gótico.

         Se dice que todo lo que el hombre hace, crea o inventa, lleva consigo, para siempre, el estado de ánimo de su creador; si hablamos de épocas, éstas también transmiten el espíritu y la sensibilidad que las distingue.

         Como todo arte, el Arte Románico es un fiel reflejo del pensamiento de una época (y no al revés: generalmente es la sociedad la que cambia el arte, y no el arte quien cambia la sociedad). En esta época, la población vivía asustada por todos los males profetizados para el año 1.000. Observando que nada de eso ocurría, la sociedad comenzó a despertar de su propio miedo, y ese abrir de ojos fue lo que llevó al hombre medieval a construir, agradeciendo a Dios que nada terrible había pasado. Es, por tanto, un arte respuesta a un modo casi universal de sentir, común a toda Europa y con una larga pervivencia en el tiempo. No ha habido otro arte que una tantos territorios a la vez y durante tanto tiempo como el Románico.

         Luego el Arte Románico es un arte fundamentalmente religioso, nacido al amparo de ese agradecimiento a Dios. Es el arte sagrado del cristianismo occidental, el arte religioso que plasma creencias y miedos del hombre; es profundamente espiritual. No hay ninguna manifestación románica que no conlleve su carácter sacro, como no hay ninguna otra manifestación artística en Europa que no se remita exclusivamente a su carácter sagrado. Será por ello, a partir de su característica sacra, que el Arte Románico influya en la sociedad románica.

 Tímpano en Estella (Navarra)
         
        También ese carácter sagrado le va a otorgar otra de las características fundamentales al Arte Románico: la comunicación con Dios, el Dios al que se refiere la Iglesia de Roma, esa iglesia que, como hemos dicho en alguna ocasión, estaba presente en todos los aspectos de la vida medieval: en las ciudades, pueblos y aldeas, en las ferias y mercados; la Iglesia controlaba el ritmo de la vida.


         El Arte Románico proclamaba el triunfo de la Iglesia Católica, convertida en el cordón umbilical que une a Dios con el hombre, el puente entre lo divino y lo humano, entre el Cielo y la Tierra.


Pantocrator. San Vicente de Taüll (Lérida)
         Sí, ya sé lo que estáis pensando: “Este cura barre para casa. Nos quiere convencer que todo el arte que estudiamos es arte religioso; que todo tiene que ser religioso, como él”.

         No, no es eso. Todo el arte que estudiáis, desde el más antiguo al más contemporáneo, es un arte creado por el hombre como expresión de su época y de sus sentimientos, sean éstos religiosos o no. Pero sí que el Arte Románico es un arte eminentemente religioso y sagrado, propio de una sociedad gobernada, como hemos dicho antes, por la Iglesia. Recordad que la Iglesia, el clero, tenía tanto o más poder que el Rey o el señor de la zona. Pensad que los emperadores y reyes comenzaban a serlo sólo y únicamente cuando los coronaba la Iglesia. Este arte convivió estrechamente con la Iglesia, y es fiel reflejo de esa convivencia y su aplicación a la sociedad.

         Bien, aclarado este matiz básico, prosigamos con nuestra explicación.

         De igual manera que la Iglesia era la que controlaba al hombre durante aquella época, el edificio de la iglesia era, arquitectónicamente hablando, el elemento dominante en el Románico, muy por delante de la pintura y de la escultura, aunque esta última tenía bastante mayor importancia de la que creemos. ¿La razón? Es muy sencilla, y recuerdo haberos dado algunas pistas en capítulos anteriores sobre la respuesta. Aún así, se puede volver a explicar, eso sí, de una manera más somera.

         El hombre medieval era totalmente analfabeto. No sabía leer ni escribir en su mayoría. En aquella época no había escuelas, y tan sólo el clero (¡otra vez éstos!) y algunos reyes y señores (no todos) sabían de lectura y escritura. Pero aquel que lo sabía hacer lo hacía en latín, que era la lengua que utilizaban para comunicarse entre ellos, dado que, por ejemplo, en un monasterio podían profesar monjes de diferentes países, cada uno hablando su lengua vulgar propia de su territorio de procedencia, lengua que los demás monjes no entendían. Por ello, se comunicaban en latín. Pero esa lengua culta tampoco era conocida por el campesinado que, como mucho, sabía hablar la lengua vulgar de su aldea o territorio en el que habitaba.

         Esa incultura campesina le creaba un problema a la Iglesia a la hora de acentuar la comunicación entre Dios y el hombre. ¿Cómo podían “culturizar” de una manera religiosa a toda una población analfabeta? Muy sencillo: por medio de la escultura y, en menor medida, por medio de la pintura.

         La Iglesia utilizó la escultura tallada en la piedra de portadas y capiteles para proclamar los evangelios a la población, para instruirlos. Las iglesias románicas se convirtieron en verdaderos evangelios de piedra, arquitecturas que hablaban. El Arte Románico se convertía así en un arte didáctico.

                                                                            Caín mata a Abel. Capitel del claustro de San Juan de la Peña (Huesca)


         Además de la escultura, la pintura y el mosaico también están al servicio de las clases dominantes, clero y nobleza, para representar un modo de vida, una justificación de la sociedad estamental, y para acercar a la masa analfabeta la doctrina de la Iglesia mediante la simbología y las imágenes.

         Desde el punto de vista románico, el primero que pudo hablar claramente del arte como catequesis para la población fue San Juan Damasceno, el cual, desde su prisión de Damasco, entre el año 740 y el 749, escribió: “Lo que es un libro para los que saben leer, es una imagen para los que no leen. Lo que se enseña con palabras al oído, no lo enseña una imagen a los ojos. Las imágenes son el catecismo de los que no leen.”

         Si antes hemos dicho que la arquitectura era la parte dominante en el Arte Románico, la iglesia como templo era el edificio más importante. Era el lugar en el que se realizaba esa comunicación entre Dios y el hombre, y lo hacía utilizando todas las formas escultóricas que poblaban el templo. Es en la iglesia donde el Arte Románico se abre, se hace libre, se universaliza en relación con los individuos que la visitan y la utilizan. Esas tallas en piedra hacen que fluya una comunicación subjetiva con cada individuo en función de la interpretación de lo visto. Es ahí donde surge otra característica fundamental del arte Románico: el simbolismo. El Arte Románico es también simbólico, utiliza el símbolo para catequizar e instruir, a la vez que deja a cada individuo libertad de interpretación del símbolo para utilizarlo como propio en su comunicación con Dios.

Mujer adúltera. Portada de Platerías. Santiago de Compostela

          Luego el Arte Románico es un arte dirigido a cada individuo, a su intelecto. Es un arte que, más que representar, quiere sugerir, que cada uno invente al personaje, al concepto o el mensaje. Es un arte universal que produce el gozo en quién lo admira, y que su interpretación personal coincide con los valores de su propia ética. Es armónico, tiene armonía entre los elementos y el mensaje que se quiere transmitir. Todo esto es, ni más ni menos, el Arte Románico.

         No quisiera dejar pasar la ocasión para deciros que toda esa armonía y belleza del arte Románico es lo que le está dando ese auge que nuevamente está adquiriendo por parte del hombre moderno. Llama poderosamente la atención por el admirable canon de belleza y equilibrio que muestran sus formas, teniendo en cuenta la escasez de medios de los que se disponía para llegar a resultados de tal armonía.

No dejará dudas la función del edificio porque su esencia estará basada en las funciones teológicas y teofánicas que han perdurado a través de los siglos, con la misma relación de identidad que conservan en la actualidad los templos cristianos actuales. Frente a otras edificaciones de la época medieval que ya carecen de la función para la que fueron creadas, como los castillos o los palacios, las iglesias románicas mantienen el rango de museos vivientes, útiles y funcionales, y no de elementos culturales fosilizados como los citados anteriormente.

La presencia de esas edificaciones entre nosotros es la mejor prueba de un modus vivendi, aunque mejor cabría decir de un modus orandi, pues estaban hechas para el oficio litúrgico que ha venido siendo desempeñado ininterrumpidamente desde su construcción como templos.

Un edificio lo constituyen no sólo las piedras que lo sustentan, sino las condiciones sociales que lo motivaron. Sin la consideración de estas circunstancias no habrá conclusiones certeras sobre su origen, función y desarrollo.

El Arte Románico en modo alguno puede entenderse aislado de su entorno, y sin embargo, parece como si la mera contemplación de lo artístico fuera suficiente, como si no interesara nada más allá de esas curiosas e incluso “misteriosas” representaciones en la piedra o muchas veces de la romántica belleza que acomoda el monumento a su entorno natural. No puede olvidarse que estas obras de arte fueron levantadas y utilizadas en su día por unas gentes que tenían unos esquemas mentales un tanto distintos a los nuestros –aunque hay que reconocer que casi siempre nos son prácticamente desconocidos- y un régimen de vida tan difícil de imaginar como complicado de reconstruir con cierto rigor por el historiador. Estos monumentos se erigieron en un entorno de particulares relaciones sociales, bajo unas circunstancias políticas e ideológicas, en medio de unos fundamentos culturales y religiosos, a partir de unos recursos económicos cuyo resultado –al menos parcialmente-, es el arte que nosotros llegamos a contemplar. De la capacidad del historiador demandaremos el conocimiento de todo ese entorno y su divulgación; de la curiosidad del visitante su interés más allá de las piedras.

La vida del hombre moderno está sometida a prisas, al ajetreo de un trabajo ferozmente competitivo y brutal que devora la capacidad humana de sosiego y comprensión. Todo camina tan aprisa que no hay tiempo para la reflexión, para el recreo tranquilo y apacible del legado de su propia historia. No es capaz de comprender más que el presente intentando afianzar el futuro en una vorágine que le hace perder la conciencia de su pasado. Por eso necesita de referentes que, sin despreciar el presente ni el futuro, le haga comprender el pasado, cuanto más remoto mejor.

Ese es uno de los éxitos del atractivo del Arte Románico en la actualidad: el que pueda hacer comprender la vida desde un punto de vista de mayor equilibrio, como el que tienen esos edificios antiguos, que a pesar de tener existencia en una civilización tan avanzada como la nuestra, siguen presentes para nuestro goce, pero sobre todo para mostrar el camino de la historia y de lo poco que somos en el transcurrir de los tiempos.

Ojalá que este arte, u otro cualquiera, sirva para no perder de vista el equilibrio necesario en el ser humano y no consentir la rebarbarización del hombre.

¡Hasta pronto!


jueves, 8 de noviembre de 2012

ORIGEN DEL ARTE ROMÁNICO EN ESPAÑA


           ¿Qué hay de nuevo, viejos? … y viejas, se sobreentiende, como también se sobreentiende que sois viejos en esto del Románico, o al menos, lo vamos siendo a medida que van pasando los capítulos. Cuando terminemos, tenemos que considerarnos unos carcamales, románicamente hablando, por supuesto, ya que hemos estado tanto tiempo hablando de este tema que todos nosotros giraremos alrededor de él, lo veremos todo desde su perspectiva, con sus ojos; quedaremos anclados en su tiempo, su lugar y su forma.

         Bueno, que me embalo y no sé cuando parar. Y es que me emociono hablando con vosotros de Románico.

         Si en un capítulo anterior vimos el origen del Arte Románico de una manera general, ahora lo vamos a centralizar y focalizar en España. Cómo se formó este arte, dónde, cuándo y por qué.     

        El Arte Románico en España es tan sólo una variedad regional del estilo arquitectónico, escultórico y pictórico de los siglos XI, XII y principios del XIII, desarrollado en Europa.

         En España, la arquitectura románica tarda en popularizarse. La peculiar situación política y geográfica en los siglos en que se desarrolla, va a imponer una serie de condicionantes especiales con respecto a otros estados vecinos. La convivencia, a menudo bélica y en otras ocasiones pacífica con el mundo musulmán, limita la difusión geográfica de la arquitectura románica a los territorios no sólo conquistados, sino establemente repoblados. La repoblación efectiva de muchos de estos territorios, sobre todo las zonas rurales, no se materializa de forma masiva hasta varias décadas más tarde. Es por esta razón que el románico español sólo se desarrolla en la mitad norte peninsular, siendo los condados catalanes los primeros que empiezan a construir edificios que se parecen funcionalmente a los postcarolingios de la misma época.

         Será cuando los repobladores alcancen una suficiente estabilidad en lo organizativo y lo económico, cuando comiencen a construir en todas las aldeas de nueva fundación pequeñas parroquias en el estilo de moda, aunque cuando estos territorios estuvieron de una vez por todas liberados, los nuevos templos de los que fueron dotados hacían intuir el florecimiento de un nuevo arte que trataba de desplazar al Arte Románico: el arte Gótico.

         Pero, aún cuando esa estabilidad social y económica, acompañada de una explosión demográfica, sacude España y anima a las comunidades cristianas a la construcción de sus propios templos (los templos de la España de la alta Edad Media debían ser insuficientes con respecto a la nueva población emergente), el ámbito rural profundo, sin estabilidad total en su repoblación, sigue anclado y parado en las antiguas formas. Allí no se renovarán las viejas formas de sus templos, y serán estos lugares donde se conserven actualmente las mejores manifestaciones de la arquitectura y la plástica románica.

       
          Aunque estas comunidades no deseaban la renovación de sus formas, el arte es un elemento vivo incrustado en el hombre que necesita de alimentación para su crecimiento y expansión. No puede ni debe estar parado; debe renovarse y propagarse a cuanta más gente mejor (¿os suela de algo esto?), lo mismo que sucedió con estilos artísticos anteriores, sobre todo el griego y el romano, y, ya más coetáneo al Románico, el arte musulman.

         Los tres factores importantes que influyeron en la propagación del Arte Románico en España pueden ser: cultural, con la influencia de la población mozárabe y asturiana, foco primordial de la Reconquista y cuna del prerrománico; político, básicamente con la Reconquista, explicada someramente en otro capítulo anterior, y por último, el factor religioso, que en España podemos traducirlo por el Camino de Santiago, la peregrinación a Santiago de Compostela, verdadera vía de propagación del Arte Románico en España, que comenzando en Francia, atraviesa Aragón, Navarra, La Rioja, Castilla y León, y Galicia, a la postre las comunidades con mayor número de construcciones románicas.

         Con el arte Románico, los reinos peninsulares comienzan a emplear las mismas formas plásticas que los reinos europeos coetáneos, formas que comienzan en el norte de Europa, se extienden hacia el norte de Italia, toda Francia y, procedente de la Provenza y el Languedoc, llegan el noreste de España, a Cataluña, a través de los Pirineos.

         Por cierto, me imagino que sabéis dónde está la región de la Provenza y el Languedoc. ¿Qué no lo sabéis? ¡Pero bueno! ¡¿Y esa geografía?!, mejor dicho, ¡¿y esos atlas para situar nuestro Románico fuera de España?! … porque me imagino que en España y en las regiones que estamos tratando sí que sois capaces de ubicarlas ¿no? ¡Ay Señór, Señór!

         Bueno, haremos la vista gorda en geografía y continuaremos, aunque, eso sí, un tanto cabizbajos.

         En España tuvieron gran incidencia los eremitorios rupestres altomedievales, para un posterior desarrollo de los monasterios, edificando éstos bajo el estilo románico; tal es el caso del monasterio de San Juan de la Peña (Huesca). Dichos eremitorios eran viviendas de construcción leve y rudimentaria, en las que moraron y rezaron eremitas independientes, que con el paso del tiempo se convirtieron en monasterios.

Iglesia rupestre

Iglesia rupestre de Olleros (Palencia)

Monasterio de San Juan de la Peña (Huesca)
          
          El historiador Puig i Cadafalch señala que Cataluña y Lombardía (Italia) pueden considerarse los territorios donde más pronto aparecen los despuntes del nuevo estilo europeo, siendo Cataluña la primera región española en donde se comienza a construir en el nuevo arte europeo (1030-1040, edad de oro del románico catalán). Los orígenes, desarrollo y características del arte Románico en la marca catalana, son muy diferentes de las castellanas.

         En Cataluña es muy intensa la influencia exterior, fundamentalmente la “franco-árabe”. Con la ruptura de la Marca Hispana, los elementos carolingios pervivieron junto a la ornamentación califal y caracterizaron las primeras obras de la arquitectura catalana. San Pedro de Roda, San Juan de las Abadesas y San Cugat del Vallés son las más representativas.

                                                                                     San Pedro de Roda (Gerona)             

         La otra gran influencia del románico catalán es la normanda, como hemos dicho con anterioridad. Las arcuaciones ciegas (arquillos lombardos) apoyados en franjas verticales y la gran torre son signos distintivos de esta arquitectura. La parquedad decorativa se impone en el edificio, como en el Monasterio de Ripoll.


                                                                                                         Santa María de Ripoll

        El románico catalán de montaña destaca por la solemnidad de su torre, como en San Clemente de Taüll y Santa María de Taüll.

                                                                            San Clemente de Taül
         

          En Aragón, la catedral de Jaca ejerce un intenso influjo a lo largo del Camino de Santiago. Su decoración geométrica de ajedrezado (taqueado o ajedrezado jaqués) se repite constantemente. Como monumentos más destacados en esta región tenemos la iglesia-castillo de Loarre y el monasterio de San Juan de la Peña.
                                                                              Catedral de Jaca (Huesca)
                                                                Taqueado o ajedrezado jaqués. Jaca (Huesca)
                                                                Monasterio de San Juan de la Peña (Huesca)

           En Navarra, el edificio más original es la iglesia de Nuestra Señora de Eunate, de planta poligonal.
                                                                   Santa María de Eunate (Navarra)
            
           Avanzando de este a oeste en la mitad septentrional de España, y siguiendo el Camino de Santiago llegamos a Castilla y León, la otra región de España, junto a Cataluña, en la que más se prodigó la fiebre constructiva de románico, debido a la diversidad y cantidad de monumentos que atesora. Segovia exhibe una fuerte personalidad en sus iglesias. Ávila y sus murallas es un ejemplo de arquitectura civil románica, así como los castillos de Pedraza y Sepúlveda. En Soria se levanta San Juan de Duero, monasterio que funde el mundo cristiano y árabe en las arquerías lobuladas y entrelazadas.


Monasterio de San Juan de Duero (Soria)

       Llegando a la región del Duero, la influencia francesa es más intensa. En la catedral de Zamora y en la vieja de Salamanca son perceptibles elementos bizantinos, sobre todo en sus cimborrios, con escamas y remate bulboso. En Palencia está la mayor concentración de iglesias románicas de toda Europa, con San Martín de Fromista a la cabeza.



San Martín de Fromista (Palencia)

           Ya en León encontramos la iglesia de San Isidoro, con su monumental Panteón de los Reyes, y siguiendo el Camino llegamos a Galicia, a Lugo y Orense, donde son destacables sus monasterios, sobre todo en la Ribera Sacra.

         Pero si hay una construcción románica por excelencia en España, y en Galicia más concretamente, esa es la catedral de Santiago de Compostela, del Maestro Mateo, cumbre del románico español y de lo que se llamó el “Estilo 1200”, por su fecha de construcción y terminación.


Pórtico de la Gloria. Catedral de Santiago de Compostela.
            
        Ahora ya sabemos algo más del Arte Románico en España, de su origen, y de sus regiones, pero vistas las caras que habéis puesto cuando veíais estas últimas ilustraciones representativas del Arte Románico español, mucho me temo que, o bien no habéis entendido casi nada de los estudiado, o no tenéis las ideas muy claras sobre todo esto el Románico.

         Vamos a tratar de solucionar vuestras dudas y temores en los próximos capítulos. Os daréis cuenta que no es tan difícil; simplemente hay que matizar ciertos aspectos, definir algunos conceptos y ¡todo arreglado!. Hasta entonces, ¡feliz Románico!.